“Tomen conciencia de cada uno de sus respiros, de cómo los quieren usar por que son un número finito y sólo esos tenemos para hacer algo en la vida”.
Melania Guerra
La Tica Polar
Su historia nos lleva a apreciar algo que todos hacemos, que hacemos todos los días, sin pensarlo, inconsciente y sin agradecerlo, pero tal vez hasta cuando se está 25 metros bajo el agua y nos quedamos sin aire se comienza a apreciar la importancia de respirar.
Sus lunes de infancia se vieron marcados por el programa “Planeta Azul”, inspirada por las tomas que mostraban a los buzos nadando y el sonido de las burbujas cada vez que ellos daban un respiro al lado de tiburones.
Y así 20 años después se convirtió en Oceanógrafa y bucear era parte de su rutina. Hasta que un día que parecía normal, de esos que hacía casi de forma automática, salió en la búsqueda de erizos marinos. Tras un secuencia de errores y estando 25 metros bajo el agua, al tratar de tomar el 3er respiro de aire de su máscara éste no se dio… no había aire en su tanque.
Esto le generó el tener que renunciar a su sueño de niña y renunciar a lo que quería hacer.
7 años más tarde le tocó enfrentar su más grande miedo, ser valiente encima del confort pues los ataques de pánico se habían apropiado de ella, de su sueño y su pasión y era tiempo de encararlo.
“Tomen conciencia de cada uno de sus respiros, de cómo los quieren usar por que son un número finito y sólo esos tenemos para hacer algo en la vida”.
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